La Unidad para las Víctimas ha llevado a cabo la segunda entrega de Ayudas Humanitarias destinadas a la población de la etnia Wiwa que se encuentra albergada en Riohacha. Este acto solidario responde al desplazamiento masivo originado en la zona rural de este punto del país, donde 130 familias han recibido un igual número de ayudas.
Estas ayudas comprenden kits de alimentación y aseo, proporcionados como respuesta de atención a esta comunidad desplazada desde Limón Carrizal y Contadero. La Unidad para las Víctimas ha actuado de manera coordinada con la Alcaldía de Riohacha, tras recibir el censo de las víctimas, garantizando así la subsistencia mínima de las 4.810 personas afectadas por esta situación.
Mario José Ríos Oñate, director territorial de la Unidad en Cesar y Guajira, enfatizó en el compromiso de la institución desde el inicio de la emergencia por desplazamiento masivo. Esta segunda fase de ayuda humanitaria consiste en la entrega de un kit de emergencia por familia, que incluye elementos esenciales como artículos de aseo y cocina, cobijas, juegos de cama, colchonetas, toldillos para hamaca y botiquines de primeros auxilios. Además, se proveen alimentos destinados a una olla comunitaria.
Ríos Oñate aseguró que la atención a la comunidad Wiwa se mantendrá mientras se trabajan en garantías para su retorno y reubicación, en coordinación con las entidades competentes. La Unidad para las Víctimas ha establecido una comunicación fluida y de cooperación con las autoridades de esta etnia, concertando cada una de las acciones adelantadas para asegurar una respuesta integral y efectiva.
Además, se informó que la Unidad está a la espera de nuevos censos por parte de la Alcaldía de Riohacha, en colaboración con las autoridades tradicionales Wiwa, para que nuevas familias desplazadas puedan ingresar en la ruta para recibir las ayudas humanitarias necesarias.
Esta labor humanitaria refleja el compromiso del Estado colombiano y de las instituciones pertinentes en la protección y asistencia a las comunidades vulnerables afectadas por situaciones de desplazamiento forzado. La solidaridad y la colaboración entre las entidades gubernamentales y las comunidades indígenas son fundamentales para garantizar la atención y el bienestar de todos los ciudadanos en momentos de crisis.