Este 8 de enero se cumplen once años desde la desaparición de Borja Lázaro, un fotógrafo español que fue visto por última vez en el Cabo de la Vela, en La Guajira. Su ausencia sigue siendo un doloroso enigma tanto para su familia como para quienes han seguido su caso.
Lázaro, originario de Vitoria-Gasteiz, tenía 34 años cuando desapareció el 8 de enero de 2014. Ingeniero de formación, había dejado su trabajo para dedicarse a su verdadera pasión: la fotografía documental. Estaba trabajando en un proyecto para retratar las comunidades indígenas y la vida en las regiones más apartadas de Colombia cuando fue visto por última vez en un hospedaje del Cabo de la Vela, una zona conocida por su belleza paisajística y habitada principalmente por el pueblo wayuu.
La desaparición de Borja Lázaro fue denunciada pocos días después por su familia, que al no recibir noticias de él inició una incansable lucha por esclarecer los hechos. Las investigaciones iniciales realizadas por las autoridades colombianas fueron cuestionadas por su falta de profundidad y celeridad. A pesar de los esfuerzos, las pistas sobre su paradero han sido escasas y fragmentadas.
Algunos testimonios indican que Lázaro salió del hospedaje en la noche, pero no hay claridad sobre hacia dónde se dirigió ni qué pudo haber sucedido. Su cámara fotográfica, uno de sus objetos más preciados, nunca fue encontrada, lo que aumenta el misterio. A lo largo de los años, se han planteado diversas hipótesis, que van desde un accidente hasta un posible crimen relacionado con actividades ilícitas en la región.
La familia de Borja, encabezada por su madre, Ana María Herrero, ha mantenido viva la búsqueda durante estos once años. Desde España, han exigido a las autoridades de ambos países que no abandonen el caso, buscando también el apoyo de organizaciones internacionales de derechos humanos.
“No podemos resignarnos a no saber qué pasó con Borja. Merecemos respuestas y justicia,” ha reiterado su madre en numerosas ocasiones, convirtiendo su dolor en un motor para visibilizar la problemática de las desapariciones en zonas de conflicto y vulnerabilidad.
Cada año su familia en España realiza algún acto o manifestación para que el caso no se olvide y se continúe con la investigación hasta saber qué fue lo que sucedió con el joven.