En un esfuerzo significativo por la conservación del medio ambiente, Cerrejón ha logrado conservar más de 3.890 hectáreas de bosque seco tropical, un área equivalente a 4.333 canchas de fútbol de 90 metros de ancho por 100 metros de largo. Esta conservación se lleva a cabo en el corredor biológico Wuinn Mana, que abarca 25.000 hectáreas y conecta la Sierra Nevada de Santa Marta con la Serranía del Perijá.
Las acciones de conservación y restauración han sido implementadas en colaboración con comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas que habitan en las áreas cercanas a la operación minera. A través de acuerdos de conservación y diversas herramientas, como la siembra y cosecha de agua, manejo del paisaje, manejo de conflictos entre humanos y felinos, siembra activa y pasiva, y producción de especies nativas, se ha logrado un impacto positivo en la región. Estas acciones están enmarcadas en el Manual de Compensaciones del Componente Biótico del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Luis Madriñan, gerente de Gestión Ambiental de Cerrejón, destacó: “Con las diferentes iniciativas que realizamos no solo contribuimos a restaurar ecosistemas amenazados como el bosque seco tropical y los marinos costeros, sino que con esta gestión demostramos nuestro compromiso con detener la desertificación al tener paisajes resilientes de la mano de los actores del territorio. Adicionalmente, confirmamos que la minería responsable y la preservación del medio ambiente sí es posible y es una realidad comprobable”.
Desde 2020, la conservación de estas áreas ha beneficiado a 500 familias de los municipios de Albania, Hatonuevo y Maicao en La Guajira. Estas acciones no solo han contribuido a regular el ciclo del agua y proteger los suelos, sino también a controlar la erosión, reducir los efectos del cambio climático y proveer servicios ecosistémicos para la región. Además, se ha garantizado trabajo, sustento y sensibilización de las comunidades que participan en estas actividades de manera sostenible.
El Instituto Humboldt ha señalado que el bosque seco tropical es uno de los ecosistemas más degradados, fragmentados y menos estudiados del país. De los 8 millones de hectáreas originales, solo quedan cerca de 720.000 hectáreas, y en este ecosistema habitan especies de fauna y flora en alguna categoría de amenaza, como el jaguar, el cardenal guajiro, la ceiba, el roble, el guayacán de bola, el carreto y el caracolí, entre otros.
“Los bosques brindan numerosos beneficios al territorio, al ambiente y a la sociedad. Desde el punto de vista ambiental, ayudan a la regulación del clima, regulan el ciclo hídrico, generan oxígeno y controlan la erosión. Desde el punto de vista social, brindan múltiples beneficios económicos, culturales y de abastecimiento, entre otros”, concluyó Luis Madriñan.
La conservación y restauración del bosque seco tropical en el corredor biológico Wuinn Mana por parte de Cerrejón demuestra que es posible combinar la minería responsable con la preservación del medio ambiente, ofreciendo un modelo de sostenibilidad que beneficia tanto a la naturaleza como a las comunidades locales.