El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fue juramentado este viernes ante la Asamblea Nacional (AN), dominada por el oficialismo, como mandatario para el período 2025-2031.
Este acto, cargado de solemnidad y simbolismo, se llevó a cabo a pesar de las fuertes denuncias de fraude por parte de la oposición mayoritaria, que asegura que el verdadero ganador de las elecciones del pasado 28 de julio fue Edmundo González Urrutia.
En su juramento, realizado sobre un ejemplar original de la Constitución de 1999 firmado por el expresidente Hugo Chávez, Maduro prometió iniciar una etapa de “paz, prosperidad y nueva democracia”.
“Juro por el histórico, noble y aguerrido pueblo de Venezuela y ante esta Constitución que haré cumplir todos sus mandatos”, expresó el líder chavista frente al presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez.
A la ceremonia asistieron figuras clave del oficialismo, como el fiscal general Tarek William Saab, la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Caryslia Rodríguez, y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, quien ha reafirmado su lealtad al líder chavista.
Mientras tanto, la oposición, agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), sostiene que González Urrutia obtuvo la victoria electoral. Según el antichavismo, han recopilado el 85 % de las actas electorales como prueba del triunfo de su candidato, documentos que han sido compartidos públicamente, aunque el Gobierno los ha calificado de “falsos”.
En contraste, el Consejo Nacional Electoral (CNE), presidido por Elvis Amoroso, proclamó a Maduro como vencedor, sin divulgar hasta ahora los resultados desglosados, una irregularidad que ha intensificado las críticas. González Urrutia, quien recientemente visitó varios países de América Latina en busca de apoyo internacional, ha reiterado su intención de juramentarse como presidente legítimo.
Este escenario polarizado pone a Venezuela nuevamente en el foco de la comunidad internacional, que observa con atención una crisis política que parece no tener fin.