Lima nace en el año 2012, inicialmente como una cafetería que, por su ubicación al lado de varias empresas del sector salud, buscaba ofrecer a los trabajadores y a las personas que llegaban a ser atendidas en dichas empresas, una opción para degustar un desayuno, un almuerzo o una merienda a muy buenos precios, pero con una variedad de platos en su menú que no se encontraban en ningún otro punto en el Distrito de Riohacha.
Gracias a esto, Lima pasó de ser solo una alternativa para las personas que circundaban la zona de la calle 13, a la altura de la Clínica Cedes, para convertirse en el restaurante de cocina casual más cocido en la cuidad con uno de los espacios más agradables y modernos.
Laura Bermúdez, nos cuenta que luego de haberse graduado de administradora de empresa de la Universidad Externado de Colombia, viajó a Argentina para hacer un curso intensivo de cocina, lo cual, es su real pasión. A su regreso al país decidió, con el apoyo de sus padres, abrir Lima.
Durante un poco más de siete años se mantuvieron como una de las mejores opciones gastronómicas en Riohacha, con una calificación de 4,5/5 puntos en el sitio web de Tripadvisor posicionándose como el segundo mejor restaurante en todo el Distrito.
Sin embargo, a raíz del confinamiento obligatorio causado por la pandemia de la Covid-19 en el 2020, obligó a su gerente y chef a replantear productos y la forma de administrar su empresa para poder mantenerse a flote en medio de la crisis que afectó y llevó a cerrar miles de medianas empresas en todo el país.
“Antes de la pandemia generábamos cerca de 14 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, durante la pandemia lo que hicimos fue quedarnos con los empleados que estaban en nómina, tratando de sacarlos adelante y empezamos a hacer de todo. De todo es que los meseros eran los repartidores, en cocina empezamos a reducir horario para cumplir con las ventas. Siempre hablándole a todo el personal que teníamos que ser capaces de salir adelante, de superar ese trago amargo a pesar que las ventas bajaron. Abrimos después de haber cerrado 20 días, lo que les dije fue que teníamos que vender así fuese hielo. De hecho, nos propusimos crear productos a bajo costo con el fin de generar flujo de caja para poder cumplir con las obligaciones del restaurante, como el pago del personal y proveedores”, sostiene Laura Bermúdez.
Entendiendo que el secreto estaba en generar ingresos para sostenerse financieramente, deciden poner a disposición de sus clientes productos a menor precio pero que no perdieran la esencia de Lima, la cual, consiste en tener opciones únicas que sobresalen por su exquisito sabor, su presentación, el empaque y hasta los tiempos de entrega a los clientes a través de domicilios.
Entre todos esos nuevos productos podemos destacar los mug cakes que son postres unipersonales, servidos en un tradicional envase de vidrio que le da un estilo único al mismo. Además, de las tortas personales un poco más pequeña a las tortas tradicionales, pueden ser degustadas hasta en 4 porciones. Estos dos ejemplos varían en sabor y presentación.
Aunque la pastelería no era su fuerte en un principio, estos productos innovadores terminaron siendo el motor que sostuvo a Lima ofreciéndoles a los riohacheros toda una variedad de delicias que podemos tener la experiencia de vivir a través de su cocina, tanto así que dentro de sus planes está crecer y expandirse.
Al cumplir ya nueve años y en plena reactivación económica, este hermoso restaurante nos seguirá deleitando con platos y sabores maravillosos que, más que narrarles, ustedes mismo deben darse la oportunidad de disfrutar de su carta; desde aperitivos, ensaladas, pitas, arroces, sándwiches, pastas y mucho más.