La empresa EPM mantiene en vilo el futuro de su proyecto de generación eólica EO200i en La Guajira, de 200 megavatios de capacidad, hasta que se active la “línea Colectora” en 2026, infraestructura indispensable para su conexión al sistema eléctrico nacional.
El gerente de Generación de Energía de EPM, Alberto Mejía, indicó que “tenemos que ser cautelosos”, pues, aunque el potencial de viento en La Guajira es de los mejores del mundo, los retos sociales, técnicos y de infraestructura siguen vigentes.
La línea Colectora, a cargo de Grupo Energía Bogotá (GEB), tiene prevista su energización para inicio de 2026, con tramos como Cuestecitas–La Loma listos a mediados de ese año.
Entre sus desafíos está el proceso de consultas previas con 235 comunidades indígenas, que ha retrasado su despliegue.
EPM advierte que la decisión de construir el parque eólico no se tomará hasta que se cumplan condiciones que permitan viabilidad técnica, social y económica. El proyecto está licenciado ambientalmente, pero EPM afirma que las condiciones del territorio hoy no son las adecuadas.
El contexto es complejo: otros desarrollos eólicos en La Guajira han sido suspendidos o vendidos ante barreras sociales, de infraestructura o cambios regulatorios.
La decisión que adopte EPM tendrá implicaciones para el desarrollo energético de Colombia, especialmente en la transición hacia energías renovables y el aprovechamiento del viento privilegiado de La Guajira. También es clave para las comunidades indígenas que esperan ser parte activa del proceso más que simples testigos.






