Su nombre de pila es Isseth Tatiana, pero prefiere que la llamen solo Tatiana. Es una mujer fuerte, soñadora que, aunque ha cumplido muchos sueños, le faltan varios por cumplir y metas por alcanzar. Es profesional en ingeniera industrial especialista en diseño y evaluación de proyecto. Considera fundamental el apoyo de su familia, especialmente el de su hermana, Jetlin Barros, su ‘compinche’ como ella misma dice.
Ha pertenecido casi toda su vida a la Cámara Junior Internacional o JCI por sus siglas en inglés, donde ha desarrollado estrategias de liderazgo en el ámbito local, como también a nivel nacional e internacional, llegando a ser presidenta nacional de esa organización. Creen en el poder de la articulación de voluntades para lograr propósitos conjuntos.
En abril de 2017 fue designada por el Presidente de la Republica como alcaldesa encargada del Distrito de Riohacha, tras la captura del alcalde electo Fabio Velásquez Rivadeneira. Reto que asumió siendo completamente desconocida en la esfera pública y política.
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De su paso por la Alcaldía, destaca el haber puesto al servicio de la ciudadanía su tiempo, su preparación de liderazgo recibida en la JCI, sus conocimientos e imprimirle un sello a su gestión rodeándose de personas con una visión similar a la suya, enfocada a liderar procesos.
“Las jefaturas tienen el propósito de cumplir horario para ejecutar una actividad especificas nada más. El rodearte y cumplir un liderazgo de un equipo preparado que se parezca a ti, asegura el éxito de las cosas”, manifiesta.
Le atribuye responsabilidad en la crisis que afecta a la ciudad, a la falta de calidad profesional en las personas que están al frente de áreas fundamentales para el desarrollo integral de las políticas públicas.
“Funcionan por que los puso el alcalde o son amigos del alcalde y a ese fue el que le dio la oportunidad, pero resulta que así no es que se trabaja. Uno debe tener siempre en su cabeza, que se trabaja para la institución, para la ciudad. La falta de diligencia en los procesos hace que Riohacha no avance”, destaca.
Su mayor frustración en su ejercicio como alcaldesa encargada, fue no haber realizado acciones para fortalecer la cultura ciudadana, pues considera, que las grandes ciudades la hacen sus ciudadanos que contribuyen en su desarrollo con acciones tan simples, como tomar conciencia en el manejo de residuos sólidos y tratamiento de basuras desde sus hogares.
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Dice sentirse feliz de haber servido a cada una de las comunidades. Le impacta el poco avance en satisfacer las necesidades básicas y la falta de capacidad financiera para dar respuesta a sus habitantes, además, le resulta de gran importancia empezar a organizar la ciudad en temas como el transporte público, vías de acceso en los barrios periféricos, acceso a la salud y educación, para mejorar su competitividad. Es consciente de la realidad financiera del Distrito, por lo cual, cree que ese debe ser el enfoque del actual y los próximos gobiernos distritales.
“Una ciudad es sostenible con sus impuestos y la gestión de recursos propios, con un equipo interdisciplinario para la formulación de proyectos, para salir a buscar donde estén esos recursos para traerlos a la ciudad”, subraya.
Obtuvo muchas enseñanzas en el tiempo que estuvo al frente de la alcaldía, no descarta la posibilidad de ser candidata para las elecciones de octubre en 2019, sin embargo, resalta que debe ser una candidatura conformada estructuralmente, consensuada con su familia y se configure cómo un espacio para seguir aportándole a la ciudad.